
Eagle
Alfabetización Emocional
Escrito y editado por Eagle Times

La adolescencia es una etapa en las que se está en un constante auto descubrimiento y consolidación de la identidad. En éste proceso intervienen todas las personas que nos rodean. Por ello, es importante contar con herramientas que nos permitan identificar nuestras emociones y gestionar cómo nos sentimos y cómo nos comunicamos.
Gestionar es dirigir, administrar, tramitar o procesar algo. Por lo tanto, gestionar emociones es trabajar con ellas usando la información que nos traen para tomar decisiones y actuar en nuestro beneficio.
Continuamos en el proceso de aprender a gestionar nuestras emociones...
Se observó que a pesar de tener diferentes herramientas un círculo de las emociones en las aulas, para algunos alumnos y alumnas es difícil identificar cómo nos sentimos o diferenciar emociones de sentimientos.
¿Qué se propuso para ello?

El equipo de asesores del CIH planearon una serie de actividades para toda la comunidad en la semana generadora por 4 ciclos, con la intención de que todas y todos los profesores se involucren en una dinámica para estar en sintonía con las y los estudiantes.
En alguna clase del día los profesores se basan en unas tarjetas que describen la emoción/sentimiento, luego hablamos sobre qué se siente a nivel corporal, y después sobre qué nos empuja a hacer o cómo reaccionamos ante esto. Se utilizan preguntas tales como las siguientes:
- ¿Qué momento o situación lo provoca?
- ¿Qué sucede con mi estado de ánimo?
- ¿Qué hago con la emoción?
Cada emoción tiene su tiempo y si no la gestionamos se estanca y provoca desequilibrio en nuestro ser.
Además se realizan otras preguntas que varían dependiendo la emoción o sentimiento.
Esto para proveer un mayor repertorio al vocabulario de emociones de los estudiantes con la intención de ir ampliando y reforzando su capacidad de identificación, gestión y apropiación de lo que sienten. Y así lograr identificar la diferencia entre las emociones y los sentimientos.
No hay emociones buenas ni malas, cada una tiene su propio mensaje y nos corresponde transformarlas para lograr nuestro propio equilibrio.